Bajo una luna de abril.
Con la luz de un candil
Descubro tu tez
En el jardín
Entre rosas
Y fragancias a jazmín
Veo el sol
Cabizbajo y retraído
Espera abrasar
Sin desesperar
Con el último haz
En silencio audaz
A su amada
Y un fenómeno inusual
El éter inflama
Bajo un silencio de luna
Aparece de repente
Tú grácil figura
Todo mi ser abruma
No resisto el esplendor
Al veros de blanco
Sentada en el banco
Mecidos cabellos por la brisa
En la pradera
Vistes un traje
De fino lino
Y respiro de tus labios carmín
Besos sin principio y ni fin
Recorro sin prisas
Los senderos de tu piel
Entre copos de algodón
Recorro osado
Tomado de tu mano
Y te siento
Esgrimir por lo bajo
Un suspiro enamorado
Encerrado te quiero
Anonadado me sumió
En profunda confusión
Desvelado ante tus brazos
Me dejo caer
Y una melodía otoñal
Me sustrajo a nuestro mundo
Y un coro de pasiones
En coloquio permanente
La suave brisa
En tu corazón teje
De acordes y notas
Paciente mis coplas
Todas a una
E incesante mi querer
Os han de profesar
Un beso guardaste
Allí donde me arrullas
Me lo has sustraído
Y distraído
Cavilo y pienso
Solo un momento
Y el calor atiza
Sin prisa ni pausa
Te miro y me reflejas
En el mar de tus ojos
Y de ellos se deslizan
Dos lagrimas
Dos perlas
Enjugo su esencia
Y destila mi pluma
Para tu fortuna
Y escribo incesante
Demarco las huellas
En los senderos que camino
A tu oído
Y te susurro
Un te quiero sin dilación
Bajo la luna de abril
Os encontré y
Os digo sin temor
Amada mía
En la fuente de tus labios
He de beber
Cada día
Cada atardecer
Al llegar el anochecer
El dulce elixir
He de probar otra vez
Porque en espíritu y verdad
En comunión de almas
Solo a ti
Y a nadie más
Siempre os he de amar
Hernán Daniel Camaño ❤ Copyright 2017